San Antonio recibe con honores al número uno del draft, Victor Wembanyama

Una réplica de la Torre Eiffel de LEGO de 58 pulgadas de altura, ensamblada con 10,001 piezas, se alzaba discretamente a la derecha de un estrado el sábado, como un símbolo estoico del camino afortunado recorrido hasta llegar a este mismo momento.

La pieza capaz de cambiar el destino de la franquicia esperaba en el túnel oeste del AT&T Center.

“Bonjour”, dijo el gerente general de los San Antonio Spurs, Brian Wright, saludando a los medios de comunicación reunidos en sillas en la cancha, flanqueado a ambos lados por un gran grupo de empleados del equipo ansiosos por conocer finalmente a su nuevo compañero de trabajo, el fenómeno francés de 19 años, Victor Wembanyama.

“Obviamente, este día es una de las partes más gratificantes del trabajo”, continuó el gerente general, mientras Keldon Johnson y Jeremy Sochan, con el cabello morado, se mezclaban en el fondo sosteniendo balones de plata. “Comenzando con la noche del draft, ver la felicidad, la alegría de los jugadores, las familias, los amigos, los entrenadores, todos los que jugaron un papel en su viaje hasta este punto, eso es muy gratificante, ver esa confirmación, ver la culminación de este evento”.

San Antonio seleccionó a Wembanyama con la primera selección del Draft de la NBA de 2023 solo dos días antes, dando inicio a un camino de regreso a la competitividad para una franquicia que lleva cuatro años sin participar en los playoffs, al tiempo que generaba 72 horas de caos absoluto para un joven que voló desde Nueva York, se devoró los primeros tacos de desayuno (de frijoles con queso y de tocino y huevo) de su vida y cenó en el restaurante Bliss, justo al sur del centro de San Antonio, con cuatro miembros del Salón de la Fama, antes de visitar el estadio al que espera llenar durante los próximos años.

“Tengo mucho que hacer, pero está bien”, dijo un cansado Wembanyama. “Todo encajará”.

Incluso antes de que la tercera selección general número uno de la franquicia pusiera un pie en el AT&T Center, visitó el Paseo del Río de la ciudad en la tarde para un evento de presentación en el Teatro del Río Arneson, donde el exjugador del Salón de la Fama David Robinson se sentó en primera fila junto al alcalde Ron Nirenberg, quien ya llevaba puesta una camiseta número uno.

El afable joven de 19 años bajó las escaleras de un jet privado solo un día antes, luciendo gafas oscuras, una camiseta, pantalones de chándal y sandalias Nike negras en la Terminal Norte Signature del Aeropuerto Internacional de San Antonio en una tarde abrasadora en el sur de Texas, donde varios luminarias de los Spurs lo esperaban. Los fanáticos que sostenían pancartas y fotos del nuevo fichaje se apiñaron contra una cerca de alambre de púas, con temperaturas que rozaban los 100 grados, buscando capturar una foto bien sincronizada o al menos un vistazo al ondeante Wembanyama.

Incluso una emocionada mujer corrió unos pasos alejándose brevemente de su hijo para entregarle al gigante una bolsa de papel marrón llena de contenido desconocido.

Muchos esperaron ansiosos casi cuatro horas para la llegada del francés, mientras que otros fanáticos emprendedores en otras partes de la ciudad, como la banda de mariachis Campanas de América, crearon el nuevo himno “Wembanyama Go Spurs Go” y grabaron un video completo de la canción frente a uno de los numerosos murales de Wembanyama que aparecían por toda la ciudad.

Acompañado por seguridad y funcionarios del equipo, el nuevo Spur se acercó a la cerca para firmar algunos autógrafos, lo que hizo que los fanáticos gritaran y se apresuraran por conseguir una firma.

“Los fanáticos han sido los mejores en su trabajo”, dijo Wembanyama más tarde. “Solo puedo esperar estar a su nivel”.

Mientras se alejaba de la escena camino a una camioneta que esperaba en un hangar, el gigante de 7 pies y 3 pulgadas dio la vuelta para estrechar la mano de cada uno de los policías montados en motocicletas que servían como su escolta para salir del aeropuerto.

“Las últimas 72 horas han sido realmente agotadoras”, dijo Wembanyama. “Pero realmente estoy disfrutando de este momento. Todo el mundo está haciendo un trabajo perfecto a mi alrededor. Tengo a mi familia y a mi gente que me ama. Donde sea que he estado, me han recibido calurosamente”.

La experiencia en el restaurante Bliss subrayó esto.

Sentado en la mesa del chef con capacidad para 10 personas en el Bliss, junto a un grupo de campeones formado por los miembros del Salón de la Fama Tim Duncan, Robinson y Manu Ginobili, junto con Sean Elliott, el novato entrante dijo que aprendió más sobre la NBA durante esas dos horas de lo que sabía antes de ocupar un asiento esa noche. La familia y los asesores de Wembanyama cenaron en una mesa en una habitación diferente con el CEO de los Spurs, R.C. Buford, y Wright, mientras que el entrenador del Salón de la Fama, Gregg Popovich, se movió de un lado a otro entre ambos lugares entablando conversaciones con todos los presentes.

El entrenador se aseguró de que sus visitas a la mesa del chef fueran breves, lo que permitió que Wembanyama se tomara su tiempo para aprender de los cuatro sobre la NBA y el estilo de los Spurs.

La ocasión marcó la primera de muchas experiencias gastronómicas refinadas en las que el novato participará a lo largo de su carrera en San Antonio.

“Honestamente, esa fue una de las mejores cenas de mi vida”, dijo el joven de 19 años. “Y no fue por la comida. La comida estuvo bien, pero la gente estuvo loca. En un par de horas, aprendí más sobre la NBA de lo que había aprendido en toda mi vida. Es reconfortante ver que estas personas, que son tan importantes para la ciudad de San Antonio y para la franquicia, son tan amables y generosas porque realmente querían compartir conmigo su experiencia. Siento que ya han comenzado a cuidar de mí. Es reconfortante estar en esa posición. Creo que también es la posición en la que se encontraba Tim Duncan cuando llegó, porque me dijo que solo tenía que mirar a David Robinson y Sean Elliott para seguir sus pasos. Sabía que estaba en buenas manos”.

Wembanyama parece estarlo también. Eso probablemente explica por qué se veía tan tranquilo mientras flotaba en una habitación llena de medios de comunicación y cientos de empleados de los Spurs, así como del socio gerente Peter J. Holt, mientras su agente, Bouna Ndiaye, realizaba varias entrevistas individuales con todos los reporteros franceses que hicieron el viaje a San Antonio.

Curiosamente, Ndiaye, quien ha asesorado a Wembanyama desde que tenía 13 años, consiguió su primer cliente de la NBA (Ian Mahinmi) en San Antonio hace 18 años.

Tal coincidencia solo habla de la serendipia que rodea a San Antonio en estos días.

La organización fijó su objetivo en el Draft de la NBA de 2023 hace cuatro años como aquel que podría cambiarlo todo. Un ejecutivo del equipo compró el set de la réplica de la Torre Eiffel de LEGO que estaba cerca del estrado el sábado pasado durante el invierno pasado, sin saber que el club seleccionaría a Wembanyama meses después y sin tener idea del amor del elegido por los juguetes de construcción de plástico.

Observando la escena mientras la familia de Wembanyama tomaba fotos cerca del set, Buford se sentó en la parte trasera de la sección de prensa y sonrió, reconociendo la generosidad de los dioses del baloncesto hacia la franquicia a lo largo de los años al bendecirla con tres triunfos en la lotería de la NBA. La réplica de la Torre Eiffel había estado guardada en una caja hasta hace poco, cuando un empleado dedicó 15 horas a ensamblarla para la llegada de Wembanyama.

En ese momento, esa compra de $629.99 podría haber parecido frívola.

En este día, resultó ser algo mucho más grande.

“Kármico”, dijo Buford, justo antes de alejarse.